Al buscar ser partícipes de los cambios necesarios para nuestro planeta meditamos primero nuestras decisiones de consumo; así en la siguiente visita a cualquier tienda prestamos atención a los productos con etiquetas que contienen imágenes de la naturaleza, palabras clave como “eco”, “natural” o “sostenible”, certificados bajo el nombre de una organización de aparente relevancia. Entonces es común pensar que estos son los productos que debemos adquirir, pero, ¿realmente es así?