Más del 70% de la superficie terrestre está cubierta por agua, pero solo el 3% es agua dulce y, por tanto, apta para el consumo humano. La población continúa creciendo y junto con ella la demanda por agua también aumenta; este crecimiento demográfico aunado al económico amenaza contra los suministros de agua dulce. Algunos cuerpos de agua como ríos y lagos se están secando o se encuentran demasiado contaminados para ser usados y para el año 2030, la demanda global de agua superará en un 40% el suministro sostenible disponible.