Claves para reactivar al sector agrícola en tiempos de Covid-19

La agricultura es una actividad esencial para la economía mexicana. Ante la pandemia que vivimos, es urgente reflexionar y crear estrategias que favorezcan su reactivación.
22 Feb, 2021

El primer recuerdo que tengo de mi abuelo son sus botas. Siempre estaban llenas de lodo; él era un productor agrícola. Cuando era apenas una niña no entendía la relevancia de su trabajo y ahora lo veo: era uno de los responsables de alimentar a este país.

En México la agricultura es considerada una actividad esencial para la economía. Tan sólo en 2018, los sectores agrícola y pecuario representaron cerca del 10% del Producto Interno Bruto (Seminis, 2018). No sólo eso, durante el 2020, pese a la crisis derivada del COVID-19, hubo un superávit agroalimentario del 21.4% (Morales, 2020), y de acuerdo con BANXICO, este sector ha sido de los más dinámicos y relevantes para solventar los impactos negativos de esta pandemia.

Cerca del 13% del territorio nacional es utilizado como campo agrícola, y debido a la biodiversidad del país se pueden cosechar diferentes productos en cantidades impresionantes; basta con pensar en los viñedos en Valle de Guadalupe, los campos aguacateros de Michoacán, el paisaje agavero de Jalisco o los cafetales en Chiapas y Oaxaca para darnos una idea de lo vasta que es la producción agrícola.

El campo no se detiene; no sólo es una actividad que emplea a millones de personas, también es fundamental para satisfacer las necesidades alimentarias de México y el mundo. Algunas variables determinantes para que el sector primario sea tan dinámico son las inversiones en innovaciones tecnológicas para riegos, inocuidad, calidad o nutrición de los cultivos, así como el mejoramiento genético en el sector pecuario. Aunado a diversas ventajas competitivas, obtenemos resultados positivos para el campo mexicano.

Recientemente, el departamento de Agricultura de Estados Unidos emitió su reporte sobre la producción de maíz, y las cifras sorprendieron a los analistas (García, 2020); la oferta fue ligeramente menor a la anticipada por el mercado, disparando así las órdenes de compra. Además de esto, el maíz aseguró un precio de referencia mucho más elevado y abriendo la posibilidad a coberturas más fuertes. Sin duda, esta clase de cifras son clave de la reactivación económica y del desarrollo agropecuario.

Por María Fernanda Juárez Cruz

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