Raíces del cambio
La reforestación escolar surge como una estrategia clave: plantar árboles en las escuelas no solo mejora el entorno inmediato, sino que también fortalece la conciencia ambiental en los estudiantes y genera un impacto positivo en la comunidad.

El proyecto Escolar Sembrando Futuro surge como una iniciativa para concientizar al alumnado sobre problemáticas ambientales actuales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, vinculándolas con otras líneas de acción de Escuela Verde, como la educación ambiental y la participación comunitaria.
En el caso específico de la comunidad escolar, existe una carencia de árboles frutales, a pesar de contar con espacio disponible y condiciones climáticas favorables para su cultivo. Esto representa una oportunidad de aprendizaje y acción concreta para los alumnos, quienes deberán enfrentar su primer desafío: responder a la interrogante “¿Qué tipos de árboles frutales se pueden cultivar dentro del plantel escolar, considerando espacio, tipo de suelo y condiciones climáticas de la comunidad?”.
Plantar un árbol es una acción sencilla pero poderosa que contribuye al equilibrio ambiental y al bienestar humano. Sus beneficios incluyen:
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Mitigación del cambio climático: absorben CO₂ y liberan oxígeno, reduciendo gases de efecto invernadero.
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Mejora de la calidad del aire: capturan contaminantes y aportan oxígeno.
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Fomento de la biodiversidad: generan hábitats para diversas especies.
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Protección del suelo y el agua: sus raíces previenen la erosión y filtran el agua.
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Bienestar humano