Preservación Digital de la Herencia (ENO Cultural de Montemorelos, NL

Preservación Digital de la Herencia (ENO Cultural de Montemorelos, NL
Responsable:
Francisco Javier Serrano Bosquet
Organización / institución:
Tecnologico de Monterrey
Nivel educativo:
Educación superior
País / Estado:
México/Monterrey
Calificación: 
0
Sin votos (todavía)

Descripción general del proyectoCon el fin a ayudar a desarrollar en los alumnos las sub-competencias declaradas para la unidad de formación “Ética, sostenibilidad y responsabilidad social”, a la que vez que hacerles partícipes—tal y como se nos ha solicitado desde distintos ámbitos de la institución— en proyectos de investigación y acción reales, estos se integran a la tercera fase del sub-proyecto de investigación: “Preservación digital de la herencia (eno)cultural de Montemorelos, NL”. El principal objetivo del sub-proyecto es identificar y estudiar aquellos documentos que se encuentran en los archivos del cronista local, archivos públicos, privados e incluso religiosos de la localidad que pudieran informarnos sobre la gastronomía local, festividades y celebraciones múltiples.
Tras el trabajo directo con documentos originales, participar en su digitalización y estudio a través de metodologías propias de las humanidades digitales, los alumnos presentarán:
- Un informe en el que se presente de manera justificada una serie de actividades que pudieran implementarse en la localidad, por personas de la comunidad, a partir de la recuperación de un bien o patrimonio cultural intangible.
- Material que pudiera ser utilizado para posteriores campañas de divulgación, en la misma comunidad (como una exposición) o en redes sociales. 

AntecedentesEl presente proyecto forma parte de uno más amplio titulado “La vitivinicultura como desarrollo regional” cuyo objetivo principal es ayudar al desarrollo y puesta en marcha conjunta de proyectos regionales de desarrollo vitivinícolas sostenibles.
Uno de los pilares más importantes, tal y como constataremos más adelante, es el de la cultura. Su naturaleza multidimensional (que se traduce en su polisemia) la convierten en el lugar central y la via transversal que recorre, o debería recorrer, todo proyecto que aventure a autodenominarse sostenible.
¿Por qué? Para empezar, tal y como lo hizo en su momento la misma ONU (Brundtland, 1987), los objetivos de desarrollo sostenible tan sólo podrían alcanzarse si creaba una conciencia y cultura favorable a la sostenibilidad. Bajo esta idea, se implementaron a lo largo del mundo numerosos e importantes proyectos de educación —principalmente en primaria— y constitución una cultura propicia. Es por ello por lo que, desde el inicio, la UNESCO ha jugado un papel importante en los proyectos de sostenibilidad impulsados desde la ONU (2005).
Con el tiempo pudo verse cómo la disparidad en el grado de alcance de los distintos objetivos marcados se iba acentuando. Una de las principales causas, empezó a verse, era —nuevamente— la cultura. Es decir, hay culturas y sociedades más afines a los indicadores, instrumentos y objetivos de los programas de desarrollo sostenible.
Ahora bien, además de este papel facilitador en unos casos, desfavorable en otros, la Convención de 2005 primero, y la aprobación de la Agenda 2030 en 2015, pusieron de manifiesto que la cultura tenía —y ahora debería ser reconocido— un papel más importante en las actividades, programas y proyectos implementados para alcanzar los 17 ODS (Agenda 2030).
Un reconocimiento que significaba en primer lugar, tener una mayor presencia en los discursos, a la vez que promover la realización de más estudios que permitieran darle claridad y distinción al mismo campo de la cultura; campo que, hasta la fecha, había sido considerado por muchos como una suerte de hermano menor o cajón de sastre. Finalmente, se reconocía la necesidad de dotar con más recursos, tanto instituciones, como económicos y humanos.
Los primeros trabajos de análisis y comprensión del fenómeno de la cultura y su papel en alcance de los objetivos del desarrollo sostenible pusieron muy pronto de manifiesto —algo que ya desde la UNESCO se había adelantado— la necesidad de distinguir claramente tres tipos de ámbitos y campos de acción:
- Educación, divulgación y apropiación social
- Recuperación y protección de la herencia, el patrimonio y los bienes culturales
- Industria y economía cultural
Pues bien, en ese sentido, este proyecto se inserta en el segundo de esos ámbitos o dimensiones. Es decir, recuperar y proteger la herencia, el patrimonio y los bienes culturales de Montemorelos asociados (o que pudieran asociarse, pensando ya en el tercer nivel) con la producción vitivinícola de la región. Todo ello, con el fin de ayudar al desarrollo sostenible de la región. Es decir, tal y como la misma ONU señala, el reequilibrio de los pilares fundamentales del desarrollo:

(Figura 1. Los cuatro pilares del desarrollo sostenible. Fuente: Europa Nostra (2016), “Cultural Heritage Counts for Europe”)

Desde el punto de vista educativo, a través de este proyecto se pretende desarrollar las sub-competencias declaradas para la unidad de formación “Ética, sostenibilidad y responsabilidad social”, a la que vez que hacer partícipes a los alumnos—tal y como se nos ha solicitado desde distintos ámbitos de la institución— en proyectos de investigación y acción reales.
Para tal fin, los alumnos se integran a la tercera fase de un sub-proyecto —que por su dimensión es un proyecto de investigación-acción en sí— que lleva por título: “Preservación digital de la herencia (eno)cultural de Montemorelos, NL”. La finalidad de este es recuperar parte de la herencia, el patrimonio y los bienes culturales de Nuevo León contenidos/recogidos en los archivos del cronista local y otros archivos de Montemorelos. El supuesto del que se parte es el siguiente: la recuperación y preservación digital de la herencia y patrimonio cultural juega un papel central en la promoción de las localidades vitivinícolas, así como el desarrollo económico y social más allá de los viñedos y bodegas; en segundo lugar, con este proyecto se intentan poner las bases, crear los cimientos y redes fundamentales, sobre los cuales puedan levantarse otros proyectos de investigación, recuperación y preservación digital de cualquier tipo de herencia cultural en la región.