Medio ambiente: “Dragones brasileños”, las máquinas que impulsaron el "peor desastre ambiental” de una región de Colombia

14 Abr, 2024

En gran parte de Colombia, cuando se menciona a Brasil, las primeras asociaciones suelen ser la samba o el fútbol. Sin embargo, en la región del Bajo Cauca, ubicada en el norte del Departamento de Antioquia, otro tema predomina en el imaginario colectivo: la minería ilegal.

El Bajo Cauca, compuesto por apenas seis municipios y una población de aproximadamente 300,000 personas, es responsable de más del 50% de la extracción de oro en Colombia. Esta situación se remonta a 2005, cuando dos brasileños que operaban en Serra Pelada, Brasil, introdujeron equipos que potenciaron la extracción ilegal de oro en la región.

Según el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, los daños causados por la minería ilegal representan el "mayor desastre ambiental" en la historia del Departamento. En los últimos 20 años, Antioquia ha perdido más de 500,000 hectáreas de bosque, y solo en el Bajo Cauca se han deforestado 60,000 hectáreas y talado más de 200,000 árboles. Los expertos señalan a la minería ilegal como uno de los principales responsables de este escenario.

La introducción de equipos como los llamados "dragones brasileños" ha sido fundamental para empeorar las condiciones ambientales en la región. Estos equipos, junto con las "dragas" utilizadas en los ríos locales, potencian la sedimentación y aumentan los daños ambientales.

La implementación de nuevas técnicas mineras por parte de brasileños que trabajaron en la histórica mina de Serra Pelada ha exacerbado el problema. Algunos de ellos han sido detenidos y acusados de delitos como conspiración para delinquir, contaminación ambiental y violación de fronteras para la explotación de recursos.

El auge de los precios internacionales del oro en la década de 2000 impulsó la exploración en la región. Actualmente, cerca del 63% de las 53 toneladas de oro extraídas anualmente en Colombia provienen de la minería ilegal, lo que representa un desafío significativo para el país.

La rentabilidad de la minería ilegal ha atraído la atención de grupos criminales, como el Clan del Golfo, que controla gran parte de la actividad en el Bajo Cauca. Este control violento ha generado conflictos en la región, dificultando las acciones del Estado para combatir la minería ilegal.

Para abordar este problema, se requiere una mayor inversión estatal en educación y apoyo a las familias vulnerables, así como una mayor presencia y control por parte del Estado en el proceso extractivo. Reducir la dependencia de la minería como única fuente de ingresos es fundamental para el desarrollo sostenible de la región.

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