Los alimentos desperdiciados TAMBIÉN generan emisiones CO2

Cada año, una cantidad significativa de alimentos se desperdicia en todo el mundo desde su siembra hasta que llega a la mesa del consumidor. Este desperdicio tiene un impacto directo en las emisiones de CO2 debido a los procesos involucrados en la producción, transporte y eliminación de alimentos no consumidos.
1 Oct, 2023

Ante los retos que nos presenta la crisis climática, es esencial abordar todas las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo aquellas que a menudo pasan desapercibidas como el desperdicio de alimentos. Los ciudadanos debemos comprender la importancia de abordar este tema desde una perspectiva holística. En este texto, hablaremos de la relación entre las emisiones de CO2 y el desperdicio de alimentos, destacando la necesidad de actuar con urgencia para reducir ambos impactos; conocerán algunas estrategias que desde hoy podrán poner en práctica con recomendaciones de cocineras, chefs y entusiastas en el ámbito de optimizar el consumo de alimentos. Un estudio realizado por la FAO, muestra que alrededor de un tercio del total de alimento que se destina para consumo es desperdiciado, esto equivale en aproximación a 1300 millones de toneladas al año. 

Para poder entender la problemática tenemos que contemplar todos los procesos clave:

  • Producción. La agricultura es responsable de una parte considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero. El desperdicio de alimentos agrava este problema ya que los recursos naturales como el agua, la tierra y la energía se utilizan en vano para cultivar alimentos que nunca se consumen.
  • Transporte y distribución. El transporte de alimentos desde los campos hasta los mercados y hogares requiere una cantidad significativa de energía. Cuando se desperdician alimentos, no sólo se desperdician los alimentos en sí, sino también los recursos empleados en su transporte.
  • Eliminación de residuos. Cuando los alimentos se desechan en vertederos mezclados con otros residuos, se descomponen y liberan metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el CO2. Además, la gestión de los residuos sólidos también consume energía y recursos.

Aquí les compartimos algunos consejos para reducir el desperdicio de alimentos y con ello reducir nuestras emisiones…

  1. Planificar nuestros alimentos.
  2. Almacenamiento adecuado.
  3. Preparación o Cocción adecuada.
  4. Compostaje

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