Los alimentos cerca de caducar pueden dar un respiro al medio ambiente

La idea de comprar productos próximos a caducar, de ingesta inmediata o que se encuentran al final del día en los establecimientos puede generar cierto escepticismo entre los consumidores. Sin embargo, cuando se añaden beneficios como el ahorro económico y el cuidado del medio ambiente, la perspectiva puede cambiar drásticamente.

Plataformas como Kigüi y Cheaf están trabajando para convertir esta idea en una realidad. Estas aplicaciones conectan a empresas proveedoras de alimentos con usuarios interesados en adquirir productos a precios más bajos antes de que caduquen.

Kigüi, por ejemplo, funciona de manera similar al sistema de cashback. Los usuarios que compran productos próximos a caducar ingresan su ticket de compra en la aplicación, la cual utiliza inteligencia artificial para analizarlo y luego reembolsa al usuario el 40% del costo del artículo.

Este modelo beneficia tanto a los consumidores como a las empresas. Los consumidores reciben un incentivo económico por cambiar su comportamiento de compra, optando por productos a punto de caducar en lugar de aquellos con una fecha de vencimiento más prolongada. Por otro lado, las empresas reducen costos al evitar retirar productos de los estantes y disminuyen los desperdicios.

Cheaf, por su parte, ofrece descuentos de hasta el 50% en productos de establecimientos como El Globo y Maison Kayser. Estos productos están en perfecto estado y permiten a los consumidores acceder a alimentos de alta calidad a precios más accesibles.

Además de los beneficios económicos para los consumidores y las empresas, estas plataformas contribuyen a la reducción del desperdicio de alimentos y, en última instancia, al cuidado del medio ambiente. Al disminuir la cantidad de alimentos que se desechan, se reduce también el impacto ambiental asociado con la producción y descomposición de estos alimentos.

A pesar de los desafíos que enfrentan, como aumentar la oferta de productos disponibles y motivar a más consumidores a unirse a estas iniciativas, tanto Kigüi como Cheaf están experimentando un crecimiento significativo. Con el tiempo, es posible que estas prácticas se vuelvan más comunes y aceptadas, contribuyendo así a un mundo más sostenible.

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