La curva del fracaso: 7 estadísticas para conocer

¿Ha oído alguna vez las estadísticas de que el 90% de las empresas fracasan durante el primer año? Tal vez haya oído que es en los primeros 5 años, o que en realidad es el 80 por ciento de las empresas, pero lo más probable es que haya oído una cifra así en algún momento de su vida, sin muchas pruebas directas que la respalden.
22 Mayo, 2023

1. El 66% de las empresas con empleados sobreviven al menos dos años

2. Aproximadamente la mitad de las empresas sobreviven al menos 5 años

3. La economía no afecta directamente a la curva de fracaso

4. Las tasas de fracaso son similares en todos los sectores

5. El 25% de las empresas fracasan el primer año

6. Las razones del fracaso varían

7. El 75 por ciento de las startups respaldadas por capital riesgo fracasan

Cuando el fracaso es algo bueno

Si al leer estas estadísticas todavía le preocupa que su empresa se clasifique como «fracaso», tenga en cuenta que el fracaso puede ser en realidad algo bueno. Para empezar, muchas empresas que fracasan en el primer año no tenían el potencial de éxito a largo plazo; el fracaso temprano les ahorra importantes gastos y libera a sus empresarios para que puedan buscar oportunidades más valiosas.

Además, pasar por el proceso de iniciar un negocio y ver cómo se desmorona puede enseñarle valiosas lecciones, que puede aplicar a futuras oportunidades; los empresarios fracasados que vuelven a subirse al caballo tienen una mayor probabilidad de éxito la segunda vez.

Entonces, ¿qué debería sacar de todo esto? En primer lugar, si ha pensado en convertirse en empresario, pero le intimida la idea de formar parte de la abrumadora mayoría de empresarios fracasados, reconsidere su postura; esa mayoría no es tan fuerte como podría haber creído anteriormente. Todos los empresarios se enfrentan al fracaso de alguna forma, pero no siempre conduce al fracaso de toda la empresa.

En segundo lugar, si puede superar ese primer año de prueba, probablemente pueda mantener su negocio con éxito durante años.

Y, por último, incluso si su negocio fracasa, no es el fin del mundo; tendrá nuevos conocimientos y nuevas experiencias que podrá utilizar para alimentar su próxima empresa.

Por Marcelo Berenstein

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