Empresaria mexicana representará a México en competencia internacional

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Giselle Mendoza Rocha, alumna del Tec de Monterrey, ganó el primer lugar en el Global Student Entrepeneur Awards (GSEA) en México, uno de las competencias más reconocidas a nivel internacional en materia de emprendimiento juvenil, con su empresa "GECO".
2 Mar, 2018

Giselle Mendoza Rocha, de 21 años con su startup GECO ha encontrado la manera de aprovechar los residuos de naranja para producir bioplástico. Esta innovación la han hecho obtener el primer lugar del Global Student Entrepreneur Awards (GSEA) en México.

La convocatoria lanzada por GSEA está dirigida a todos los estudiantes empresarios o emprendedores que dirigen activamente un negocio, mismos que son evaluados por mentores de reconocidas compañías nacionales e internacionales. Los proyectos ganadores podrán competir en la etapa final llevada a cabo en Canada, misma en la cúal competiran proyectos provenientes de 55 paises.

“Este reconocimiento fue muy importante por el hecho de tener bien forjado mi propósito de vida: ser un agente de cambio que mejore las condiciones de su comunidad y de la ecología; esta es la razón de por qué hago lo que hago en este emprendimiento. Esta distinción es una buena referencia de que sí lo estoy demostrando en mi esencia como persona y como estudiante emprendedora”, agregó la alumna de Campus Monterrey.

Gracias al primer lugar en esta competencia, Giselle y su empresa GECO se hicieron acreedores a dos premios económicos otorgados por GSEA México: 500 mil pesos por su emprendimiento y 100 mil pesos por innovación.

La etapa final internacional del Global Student Entrepreneut Awards se llevará a cabo del 14 al 16 de abril en Toronto, Canadá. Para este momento y como parte de su primer lugar en México, Giselle tendrá asesorias en temas de lenguaje técnico, publicidad, imagen de la compañia, con empresas como Deloitte, Promotora Social de México, Ilab, en otras.

GECO: empresa sustentable trabaja en el desarrollo de un material ecológico que sustituye a los contaminantes plásticos derivados del petróleo, mismos que tardan entre 400 y mil años en degradarse y no se incorporan a la tierra nuevamente; su material es 100 por ciento biodegradable y versátil.